Manhattan

Empecemos por la zona más céntrica y que más visitas atrae: Manhattan, el corazón de la Gran Manzana. El centro financiero de la ciudad se encuentra en este distrito y sus emblemáticos rascacielos conforman la mayoría del archiconocido skyline de la ciudad. El Empire State o el Rockefeller center son algunos de los edificios que es imposible no visitar cuando nos encontramos en Manhattan.

Además de la opulencia de los grandes rascacielos y de Wall Street, Manhattan también es una de las grandes capitales de la música del mundo. Así es que en Broadway podrás disfrutar de las obras de teatro y de los musicales de moda, y en Harlem podrás hacer un tour por las salas más icónicas que vieron nacer el jazz.

La plaza de Times Square también es una de las zonas más conocidas de la ciudad. Rodeada de todo tipo de tiendas, es el lugar ideal para llevarte un recuerdo, ¡o llenar la maleta de ellos! En cambio, si buscas acercarte más al estilo de vida tradicional de la ciudad, no puedes dejar de visitar Little Italy. Este barrio de Manhattan se caracteriza por tener una población eminentemente italoamericana. ¿En qué se traduce esto? Efectivamente: pizza, pasta y todas las delicias de la gastronomía italiana directas a tu paladar desde el horno de la nona.

¿Cansado de tanto edificio y paisaje urbano? No te preocupes, Central Park, uno de los espacios verdes más queridos de la ciudad, se encuentra también en este distrito. Es el lugar ideal para conocer la vida diaria de los neoyorquinos, además de tomar un respiro y parar un momento, todo un lujo en una ciudad tan frenética.